sábado, 23 de mayo de 2009

De la oración fúnebre del P. Fr. Diego Francisco Padilla O.E.S.A.

Fecha: 18 de Mayo de 2009

Tema: De la oración fúnebre del P. Fr. Diego Francisco Padilla O.E.S.A.

  1. El sentimiento que queda de la muerte

Murió PADILLA, el sabio, el religioso, el humilde, el benéfico, el paciente, el orador divino y elocuente, el Pastor de su grey.[1] A su paso por la vida, el Padre Fray Diego Padilla OESA., fue dejando semillas cultivadas en cada uno de los corazones, que con el paso del tiempo dieron frutos de paz, de amor, de servicio y de entrega. Por esta razón, que ya habíamos profundizado en trabajos anteriores, encontramos en la oración fúnebre ese gran aprecio que le sienten sus hermanos de comunidad y allegados.

Dentro del texto, en medio de las condolencias, hallo con mucha tristeza ese desconsuelo que siente la orden por la perdida de tan gran amigo, religioso, padre y personalidad. Pero veo con descontento, la falta de esperanza que se cierne sobre la muerte de el padre Padilla, ya que hablan de él como un ser ya perdido; creo de alguna forma que una falta de confianza en la misericordia divina. opino que dentro de un espíritu religioso en el que se vivía no debía haber tanta tristeza como la que percibí. Yo digo, bendito sea el Señor porque él ya estará descansando en la gloriosa paz del Cielo; de no ser así, nuestra tarea es seguir pidiendo por su alma, pero no con melancolía recordando el pasado, sino con la alegría de vivir y mejorar el presente.

  1. La Familia desolada [] de un hermano y un Padre sin segundo[2]

¿Quiénes eran su familia? Él procedía de una modesta cuna cachaca, que en la medida de lo posible, solo quedaría sus hermanos vivos para cuando él murió. Pero luego de consagrarse al Señor, su nueva familia sería la comunidad agustiniana de Colombia, de la Provincia de Nuestra Señora de Gracia, de la cual, él fue provincial dos veces.

Su dolor no se hiso esperar, y con nostálgicas palabras, expresaban su más sincero aprecio a tan grande “modelo de virtudes, de religiosos guía”[3], así sus hermanos en lo más profundo de su ser, decían a gritos: «Aleluya, Gloria a Ti Señor, Nuestro Dios, porque concediste a estos siervos tuyos, la grata alegría de poder conocer a este, tu humilde servidor, nuestro hermano fray Diego Padilla; a él que nos otorgó su vida, cuando todavía solo era de él. Oh Altísimo, te pedimos por la intercesión de N. P. San Agustín, lleves al cielo a este padre benemérito y que por los meritos de él mismo, procures la victoria y el gozo de su amada comunidad agustiniana».

Las anteriores son palabras que añado como mi oración fúnebre, luego de 190 años después de que el Padre Padilla haya fallecido. Creo que no solo sus hermanos religiosos de la época, se llenaron de gratitud con este fraile ilustre, sino que ahora nosotros podemos decir con gusto ¡GRACIAS!

Gracias por todo lo que con amor y entrega, tú, padre pachito hiciste por nosotros. Pienso que aquello que hiciste, hoy lo podemos ver reflejado en esta esplendorosa provincia que con elogios te dice: “hemos cumplido tu sueño de ser una comunidad que lucha por la libertad en medio de una nación católica”. A Dios, gracias por ti.

  1. Llora la grey á su Pastor querido[4]

Como bien nos lo comenta el texto, la gente siente su dolor como el propio. Es agradable notar entre los laicos de un pueblo, la identidad que siente con su pastor cada cuando es trasladado de lugar o cuando se muere. Yo creo que cundo sucumbió el P. Francisco Padilla, los feligreses que lo acompañaron durante su trayectoria presbiteral, sintieron una gran perdida en sus vidas.

Tan solo de pensar que para aquella época fue un hombre activo, elocuente, orador y muy convincente, lo más seguro es que haya sido un cura que movía masas. Además ¿Qué sacerdote escribe a su pueblo libros, periódicos y artículos tan de seguido y tan monumentales? Solo un loco de amor por el pueblo de Dios; por eso gente le devolvió con cariño lo que con esmero realizó él en ellos.

  1. Llora[] Su Patria á un hijo que formó su encanto[5]

Y… ¿cómo la nación no va a tener condolencias para con este reverendo? él fue prócer de la patria, y como tal, merecía un honor de parte del país, así como se lo hacen a los grandes personajes públicos que han dejado huella en nuestra patria; citando por ejemplo, el velorio que le concedieron a Rafael Escalona en el capitolio.

Pues bien, no sé si al padre Padilla le izaron el pabellón nacional, pero estoy seguro que lo merecía por su gran entrega a la libertad y a la independencia de esta República colombiana. Todavía cuando la plegaria fúnebre no comentara mucho acerca de este tema, doy por hecho que fray Agustín Fernández OESA., en estas cortas líneas quiso decir el verdadero sentimiento que debía profesar el Estado por la perdida de tan magno personaje nacional.

  1. Análisis de la oración

Esta plegaria fúnebre por el eterno descanso del M. R. P. Fr. Francisco Padilla O.E.S.A., fue hecha por la comunidad local del convento capitalino de los agustinos calzados de Colombia; pero difícil de descubrir quiénes eran, puesto que se dirigen en tercera persona. Al parecer, y con razón, su estado de ánimo no era el mejor, ya que entre líneas se notaba su tristeza de dejar a un hermano y amigo tan grande. Podemos decir que eran personas doctas, piadosas y muy religiosas, que amaban mucho al P. Padilla y que quedaron enteramente agradecidos por su vida.

Esta redacción se realizó el18 de mayo de 1829 con motivo del fallecimiento de Padilla el 9 de abril del mismo año; por tanto era dirigida al pueblo presente y de manera especial a él y a Dios. Ésta fue proclamada por el prior provincial de la época, examinador Sinodal del Arzobispado, el M. R. P. Maestro Fr. Agustín Fernández, OESA.

En este escrito, como en los anteriores, se maneja un lenguaje un poco diferente, quizá a los laicos de la época no haya sido nada difícil entender, pero ¿qué diremos de un feligrés de hoy día? yo creo que con la ignorancia religiosa que se vive actualmente, palabras tan sencillas como oráculo (que significa la respuesta que da Dios por sí mismo o por sus ministros, o sea, la Palabra del Señor), no sepan qué es o también, ignominioso que significa: causa de vergüenza pública.

  1. Conclusión

Todos estos elogios puestos en tu oración fúnebre, bien merecido los tenías Padre Padilla; evidentemente haz marcado huella en nuestras almas y corazones unidos en ruta a Dios. Asimismo, insisto, persisto y no desisto, el pueblo colombiano te debería dar cuantiosas gracias, pues somos quienes te debemos un poco de nuestra libertad.

¡Que Dios te tenga disfrutando ya de la salvación prometida. Descansa en Paz!

BIBLIOGRAFÍA

· Oración fúnebre: el convento de agustinos calzados de Bogotá. En las honras de N. M. R. P. maestro Fr. Diego francisco Padilla. Imprenta de Bruno Espinoza, Bogotá, 1829.


[1] Oración fúnebre: el convento de agustinos calzados de Bogotá. En las honras de N. M. R. P. maestro Fr. Diego francisco Padilla. Imprenta de Bruno Espinoza, Bogotá, 1829. Soneto 7.

[2] Ibít. Soneto 5.

[3] Ibít. Soneto 14.

[4] Ibít. Soneto 5.

[5] Ibít. Soneto 5.

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