Fecha: 12 de Marzo de 2009
Manuscritos. Tomado del Diccionario de San Agustín
1. El proceso de la actividad literaria
La forma en la cual San Agustín escribía sus textos no la conocemos completamente, pero con algunos de sus propios testimonios, descubrimos que posiblemente utilizó la manera más común de aquella época; suponía un taquígrafo (en nuestros tiempos una especia de secretaria), normalmente de la comunidad, quien se encargaba de colocar por escrito aquello que su maestro le iba diciendo. De todas maneras esta no fue la única forma de escribir, ya que se tiene algunos de las notas bíblicas propias de él. Se conocen además las obras que quedaron incompletas, muchas de ellas eran de su puño y letra, pero lamentablemente desistía de escribir y continuaba con otro libro. Imaginar que textos tan magnos como De civitate Dei o De Trinitate irían a quedar incompletos, hubiera sido un gran vacio en nuestra vasta biblioteca católica.
2. Publicación
Para la publicación primera de las obras de N. P. San Agustín, exigió un gran esfuerzo, tanto en dinero, como en mano de obra, ya que en aquella época la reproducción de un texto era muy complicada, pues no existían las actuales técnicas de difusión. Allí les tocaba a mano pasar cada libro en códices, hechos de pergaminos, un material animal muy costoso y de tintas minerales y vegetales. Gracias al capital del amigo Romaniano, es que Agustín pudo sacar sus innumerables obras al público, quienes podían adquirir una de esta en la biblioteca de Hipona. Tristemente con muchos de estos prestamos de libros, se perdieron originales; además, en aquella época no existían lo que hoy conocemos como derechos de autor, ya que cualquiera se hacía a su copia sin tener en cuanta al publicista. Los libros eran verdaderamente del pueblo. Gracias a Dios tenemos las retractaciones, un libro que define cuántas y cuáles son las obras con sus posteriores correcciones.
3. Florilegios y epítomes
Los florilegios son una especia de recopilación de pasajes de unos textos antiguos, en este caso de San Agustín, a quien se le hicieron muchísimos de estos; uno, diez años después de su fallecimiento, los excerpta de Vidente; otro muy posterior que es constituido como el florilegio antiguo más extenso e importante, los excerpta de Eugipio. Durante la edad media estos se fueron multiplicando impresionantemente. También existieron unos resúmenes de las obras de San Agustín, los famosos epítomes, que asimismo se extendieron por el viejo continente.
4. Tradiciones manuscritas
Los manuscritos hoy llegan a nuestras manos, no propiamente de San Agustín, luego que han ido desapareciendo; posiblemente hay uno que sí date de aquel entonces, el famoso manuscrito de San Petersburgo, conservado hoy con cuatro de sus obras. La trascripción de la hermosa literatura de Agustín no se hizo esperar y toda persona erudita quería tener en su biblioteca un libro del Santo. Así fue como la demanda de textos agustinianos empezó a crecer y los monasterios medievales se llenaron del impulsó de reescribir las sabias palabras. De hecho estos manuscritos fueron utilizados para las grandes universidades medievales. La difusión de obras durante el imperio carolingio fue tremenda, pues de hecho al emperador le gustaban.
5. Recepción
Ahora bien, durante todo el Medioevo se trascribía constantemente todos los escritos agustinos que se originan en los siglos IV y V. por tanto la sucesión fue como un teléfono roto, en donde poco a poco cada nueva copia que se hacía, iba tomando un carácter propio del tiempo, del contexto social, del lugar, del idioma a traducir y particularmente del autor mismo. Además para colmo de males, había en los Scriptorium monjes analfabetas que deformaban las letras y por ende el sentido del texto. Así, los textos que hoy día tenemos, quizá en la medida de lo posible, tengan un gran margen de error, ya que con el transcurrir de los años fue cambiando mucho la idea del autor, San Agustín.
6. Manuscritos iluminados
Se conservan aún gran cantidad de manuscritos agustinianos en varias bibliotecas en el mundo, en donde la mayoría atesora en sus páginas un hermoso dibujo o ilustración que es sinónimo de un manuscrito iluminado; es decir que contiene ilustraciones bellísimas de instantes de la vida del santo o momentos con la comunidad o escenas celestiales. En fin los manuscritos medievales tienen no solo en su interior, palabras y palabras, sino también un mundo de imágenes que les dan vida a los textos. Había entre los monjes, encargados, unos de hacer los dibujos y otros de la escritura.
7. La imprenta
Con la invención de l a imprenta, la preservación de los textos agustinos fue mucho más grande. Pues por un lado ya no había que hacer la terrible técnica del palimpsesto y por otro la reproducción era mucho más extensa. De hecho para del siglo XV cuando se empezó el auge de esta maquina, los textos de San Agustín eran comercializados de primera mano; a estos libros pioneros (hasta 1500) en las técnicas se les conoce como incunabulum; el primero de los agustinos impreso fue De civitate Dei en 1456. Luego de éste vinieron muchas más miles de obras. De hecho en siglos posteriores comenzó en apogeo la publicación de las obras completas de nuestro Santo padre, en quien muchas casas de imprenta se decidieron a hacer enormes compendios. Uno muy conocido es el realizado por la comunidad de Maurini, en donde se comenzó con un proyecto ambicioso de abarcar la literatura agustiniana de un solo tajo (aunque no se pudo terminar, pero dio pie para inspirar nuevas compendios históricos).
8. La edición crítica
En las nuevas ediciones de las obras de San Agustín se ha querido dar un paralelo estudioso, en donde con variantes textuales se quiere dar una mejor comprensión de lo que quiso decir nuestro autor. Son estas las ediciones críticas, que se encarga de juzgar cuál de las formas textuales de los antiguos manuscritos es la más correcta. La realización de una de estas obras críticas, lleva en sí, un proceso tedioso y científico que da como resultado un texto integro, que se asemeja mucho a lo dicho por Agustín. Lastimosamente hoy existen muy pocas ediciones críticas con base a los manuscritos agustinos. Es necesario que como muchas personas se dedican a diversos ministerios, se consagren otros tantos a realizar un estudio minucioso a estos textos.
9. Obras perdidas
Como ya antes lo habíamos expresado, muchas obras de nuestro padre se han ido perdiendo con el devenir; no son muchas, pero como sabemos, la literatura de este padre de la Iglesia es demasiado importante. No solo se dieron las perdidas posteriores en los monasterios del Medioevo, sino que así mismo nos lo expresa San Agustín en sus retractaciones que ya se habían extraviado varios de sus libros. De algunos hoy se tienen retazos y de ciertos sermones nada en absoluto.
10. El pseudo-Agustín
Antes de abandonar este mundo, Agustín nos quiso dejar una lista de sus obras en el libro tan importante de las retractaciones, que fue complementada con el Indiculus de San Posidio. Estos dos libros nos dejan claro cuales son propias de Agustín, pero resultó después una polémica sobre la autoría de otras tantas obras, en las cuales aparecía como verdadero escritor San Agustín. A estas se les conoce como Pseudo-agustinas; de ellas existen muchas y muy variadas; son de gran importancia, puesto que en algunos lugares se les da más relevancia a éstas que no a las originales. De estos libros hay unos que causan conmoción porque no pareciera haber concordancia con lo propuesto por el Santo, por ejemplo, en los textos anti heréticos.
11. Recientes descubrimientos
Más que descubrimientos de escritos históricos de San Agustín lo que en mayor grado se ha encontrado es una gran cantidad de sermones y cartas pseudo-agustinianas, que impresionantemente casi duplican el número de las reales. Estas se fueron creando durante varias épocas. De todas formas afirmar que una carta u otra sea de Agustín es verdaderamente una odisea. Por tanto en los recientes descubrimientos, se ha querido dar un orden y clasificar por familias, en donde el 1ra son las colecciones antiguas o africanas, la 2da las colecciones arlesianas y el 3ra corresponde a los hechos en la edad media.
12. Recursos para los especialistas
Para poder hacer un buen estudio de los textos agustinos, estos se pueden encontrar en las principales universidades eclesiásticas y locales, bibliotecas nacionales de Europa y en algunos lugares de Norteamérica. Otra forma de mantener los manuscritos es fotografiando los mismos desde los lugares de origen, como lo hacen en la universidad de Minnesota. También en Viena realizan catálogos y en ellos contenidos los manuscritos e información de estos. La actual e innovadora forma de conservar los textos del Santo es por la vía electrónica. La literatura se almacena en CD-ROM, en USB y en todas las demás asistencias proporcionadas.
Manuscritos. Tomado del Diccionario de San Agustín
1. El proceso de la actividad literaria
La forma en la cual San Agustín escribía sus textos no la conocemos completamente, pero con algunos de sus propios testimonios, descubrimos que posiblemente utilizó la manera más común de aquella época; suponía un taquígrafo (en nuestros tiempos una especia de secretaria), normalmente de la comunidad, quien se encargaba de colocar por escrito aquello que su maestro le iba diciendo. De todas maneras esta no fue la única forma de escribir, ya que se tiene algunos de las notas bíblicas propias de él. Se conocen además las obras que quedaron incompletas, muchas de ellas eran de su puño y letra, pero lamentablemente desistía de escribir y continuaba con otro libro. Imaginar que textos tan magnos como De civitate Dei o De Trinitate irían a quedar incompletos, hubiera sido un gran vacio en nuestra vasta biblioteca católica.
2. Publicación
Para la publicación primera de las obras de N. P. San Agustín, exigió un gran esfuerzo, tanto en dinero, como en mano de obra, ya que en aquella época la reproducción de un texto era muy complicada, pues no existían las actuales técnicas de difusión. Allí les tocaba a mano pasar cada libro en códices, hechos de pergaminos, un material animal muy costoso y de tintas minerales y vegetales. Gracias al capital del amigo Romaniano, es que Agustín pudo sacar sus innumerables obras al público, quienes podían adquirir una de esta en la biblioteca de Hipona. Tristemente con muchos de estos prestamos de libros, se perdieron originales; además, en aquella época no existían lo que hoy conocemos como derechos de autor, ya que cualquiera se hacía a su copia sin tener en cuanta al publicista. Los libros eran verdaderamente del pueblo. Gracias a Dios tenemos las retractaciones, un libro que define cuántas y cuáles son las obras con sus posteriores correcciones.
3. Florilegios y epítomes
Los florilegios son una especia de recopilación de pasajes de unos textos antiguos, en este caso de San Agustín, a quien se le hicieron muchísimos de estos; uno, diez años después de su fallecimiento, los excerpta de Vidente; otro muy posterior que es constituido como el florilegio antiguo más extenso e importante, los excerpta de Eugipio. Durante la edad media estos se fueron multiplicando impresionantemente. También existieron unos resúmenes de las obras de San Agustín, los famosos epítomes, que asimismo se extendieron por el viejo continente.
4. Tradiciones manuscritas
Los manuscritos hoy llegan a nuestras manos, no propiamente de San Agustín, luego que han ido desapareciendo; posiblemente hay uno que sí date de aquel entonces, el famoso manuscrito de San Petersburgo, conservado hoy con cuatro de sus obras. La trascripción de la hermosa literatura de Agustín no se hizo esperar y toda persona erudita quería tener en su biblioteca un libro del Santo. Así fue como la demanda de textos agustinianos empezó a crecer y los monasterios medievales se llenaron del impulsó de reescribir las sabias palabras. De hecho estos manuscritos fueron utilizados para las grandes universidades medievales. La difusión de obras durante el imperio carolingio fue tremenda, pues de hecho al emperador le gustaban.
5. Recepción
Ahora bien, durante todo el Medioevo se trascribía constantemente todos los escritos agustinos que se originan en los siglos IV y V. por tanto la sucesión fue como un teléfono roto, en donde poco a poco cada nueva copia que se hacía, iba tomando un carácter propio del tiempo, del contexto social, del lugar, del idioma a traducir y particularmente del autor mismo. Además para colmo de males, había en los Scriptorium monjes analfabetas que deformaban las letras y por ende el sentido del texto. Así, los textos que hoy día tenemos, quizá en la medida de lo posible, tengan un gran margen de error, ya que con el transcurrir de los años fue cambiando mucho la idea del autor, San Agustín.
6. Manuscritos iluminados
Se conservan aún gran cantidad de manuscritos agustinianos en varias bibliotecas en el mundo, en donde la mayoría atesora en sus páginas un hermoso dibujo o ilustración que es sinónimo de un manuscrito iluminado; es decir que contiene ilustraciones bellísimas de instantes de la vida del santo o momentos con la comunidad o escenas celestiales. En fin los manuscritos medievales tienen no solo en su interior, palabras y palabras, sino también un mundo de imágenes que les dan vida a los textos. Había entre los monjes, encargados, unos de hacer los dibujos y otros de la escritura.
7. La imprenta
Con la invención de l a imprenta, la preservación de los textos agustinos fue mucho más grande. Pues por un lado ya no había que hacer la terrible técnica del palimpsesto y por otro la reproducción era mucho más extensa. De hecho para del siglo XV cuando se empezó el auge de esta maquina, los textos de San Agustín eran comercializados de primera mano; a estos libros pioneros (hasta 1500) en las técnicas se les conoce como incunabulum; el primero de los agustinos impreso fue De civitate Dei en 1456. Luego de éste vinieron muchas más miles de obras. De hecho en siglos posteriores comenzó en apogeo la publicación de las obras completas de nuestro Santo padre, en quien muchas casas de imprenta se decidieron a hacer enormes compendios. Uno muy conocido es el realizado por la comunidad de Maurini, en donde se comenzó con un proyecto ambicioso de abarcar la literatura agustiniana de un solo tajo (aunque no se pudo terminar, pero dio pie para inspirar nuevas compendios históricos).
8. La edición crítica
En las nuevas ediciones de las obras de San Agustín se ha querido dar un paralelo estudioso, en donde con variantes textuales se quiere dar una mejor comprensión de lo que quiso decir nuestro autor. Son estas las ediciones críticas, que se encarga de juzgar cuál de las formas textuales de los antiguos manuscritos es la más correcta. La realización de una de estas obras críticas, lleva en sí, un proceso tedioso y científico que da como resultado un texto integro, que se asemeja mucho a lo dicho por Agustín. Lastimosamente hoy existen muy pocas ediciones críticas con base a los manuscritos agustinos. Es necesario que como muchas personas se dedican a diversos ministerios, se consagren otros tantos a realizar un estudio minucioso a estos textos.
9. Obras perdidas
Como ya antes lo habíamos expresado, muchas obras de nuestro padre se han ido perdiendo con el devenir; no son muchas, pero como sabemos, la literatura de este padre de la Iglesia es demasiado importante. No solo se dieron las perdidas posteriores en los monasterios del Medioevo, sino que así mismo nos lo expresa San Agustín en sus retractaciones que ya se habían extraviado varios de sus libros. De algunos hoy se tienen retazos y de ciertos sermones nada en absoluto.
10. El pseudo-Agustín
Antes de abandonar este mundo, Agustín nos quiso dejar una lista de sus obras en el libro tan importante de las retractaciones, que fue complementada con el Indiculus de San Posidio. Estos dos libros nos dejan claro cuales son propias de Agustín, pero resultó después una polémica sobre la autoría de otras tantas obras, en las cuales aparecía como verdadero escritor San Agustín. A estas se les conoce como Pseudo-agustinas; de ellas existen muchas y muy variadas; son de gran importancia, puesto que en algunos lugares se les da más relevancia a éstas que no a las originales. De estos libros hay unos que causan conmoción porque no pareciera haber concordancia con lo propuesto por el Santo, por ejemplo, en los textos anti heréticos.
11. Recientes descubrimientos
Más que descubrimientos de escritos históricos de San Agustín lo que en mayor grado se ha encontrado es una gran cantidad de sermones y cartas pseudo-agustinianas, que impresionantemente casi duplican el número de las reales. Estas se fueron creando durante varias épocas. De todas formas afirmar que una carta u otra sea de Agustín es verdaderamente una odisea. Por tanto en los recientes descubrimientos, se ha querido dar un orden y clasificar por familias, en donde el 1ra son las colecciones antiguas o africanas, la 2da las colecciones arlesianas y el 3ra corresponde a los hechos en la edad media.
12. Recursos para los especialistas
Para poder hacer un buen estudio de los textos agustinos, estos se pueden encontrar en las principales universidades eclesiásticas y locales, bibliotecas nacionales de Europa y en algunos lugares de Norteamérica. Otra forma de mantener los manuscritos es fotografiando los mismos desde los lugares de origen, como lo hacen en la universidad de Minnesota. También en Viena realizan catálogos y en ellos contenidos los manuscritos e información de estos. La actual e innovadora forma de conservar los textos del Santo es por la vía electrónica. La literatura se almacena en CD-ROM, en USB y en todas las demás asistencias proporcionadas.



