martes, 11 de agosto de 2009

la Enciclopedia, la expedición botánica y los derechos del hombre

Fecha: 30 de Marzo de 2009

Tema: la Enciclopedia, la expedición botánica y los derechos del hombre

El fundamento intelectual de la ilustración, camino a la justicia

El mundo convulsionado de la revolución francesa, de las tantas sublevaciones en América y los diversos movimientos políticos, sociales y económicos que se dieron para el siglo XVIII, podríamos decir que surgieron con el espíritu de luces que se estaba engendrando. En cierta manera, la tierra estaba presenciando ante sí, por segunda vez, un renacimiento del pensar del hombre.
El conocido siglo de las luces o la ilustración, se exhibe en un momento en el cual la humanidad exige justicia, y una justicia en todo tipo de ámbito, desde lo religioso hasta lo social. Se empieza entonces, a idear una forma de expresión del pensamiento humano con diversas manifestaciones culturales e intelectualidad científica y tecnológica. Símbolo clave de la intelectualidad de la ilustración es la “enciclopedia o diccionario racionado de las ciencias, las artes y los oficios,” que se convirtió en el dolor de cabeza para muchos y el deleite para miles.

La Enciclopedia, principio de un nuevo conocimiento


En Francia, en el mismo lugar donde cuatro décadas después tomaría forma la bestia de la revolución, se mostró un librero parisense con el deseo de traducir la obra inglesa del “Diccionario universal de las artes y las ciencias”, este era Le Breton, quien falló en su intento, pero aún así, en él reposa la originalidad de crear esta obra. Posteriormente aparecería sobre la escena, Denis Diderot, un traductor francés, junto a Jean d`Alambert, quienes llevaron cavo la ilusión de que Francia tuviera una enciclopedia.
En noviembre de 1750 se suscribieron los primeros a la enciclopedia con el prospectus. Luego para junio se publicó por vez primera el volumen I de la enciclopedia. El segundo apareció en 1752; sucesivamente cada año salía al público un volumen hasta 1757, es decir que para aquella época contaba la Enciclopedia con 7 tomos. Pasados ya los años, hasta 1772, se editó el último libro, el decimo de la colección.

Todo no fue color de rosa, ya que la Enciclopedia de momento intentó ser acallada por la Iglesia; se vio atacada por varios clérigos, como el jesuita P. Berthier, el prelado F. Boyer, quien se encargó de influenciar al Delfín en 1752 para que se suspendiese la colección, acto que falló. Mucho tiempo después d`Alambert se retiró de la compañía y de esta forma Voltaire y Diderot tomaron las riendas del proyecto. El parlamento en 1759 declaró que este libro no era apto para el público. Pero como dijimos antes, la serie enciclopédica se terminó en 1772.
Se caracterizó esta obra por ser de carácter político y social. Fue un poderoso instrumento de difusión de una cultura renovada y crítica; de una cultura que pretendía romper con el ideal de saber erudito y retórico, y que «se abre generosamente a la historia, a la sociedad, al saber técnico-científico» (S. Moravia).
[1]
Diderot recurrió a autores conocidos de la talla de Montesquieu, Voltaire, Rousseau, Grimm, Jacourt, Helvetius, d`Holbach, Turgot y Quesnay. Por tanto, con esta gama de autores la Enciclopedia en sus contenidos se veía muy enriquecida y polifacética. Cosa curiosa resultó la compilación de información desde los artesanos para los oficios y las artes, es decir que el egregio se abaja al humilde para ver mejor.

El objeto de la Enciclopedia


D`Alambert dijo de alguna manera, que la Enciclopedia serviría a los filósofos para entender el mundo de una manera más detallada; favoreciendo a la pantomima del mismo. Además, da una nueva mirada a la filosofía y la entiende desde un panorama distinto al anteriormente visto.
La propia obra se define como un libro que sintetiza el conocimiento de lo creado, para una comprensión más completa. En otra fuente encontramos que el objetivo era el de oponerse al Diccionario de Trévoux de los jesuitas y favorecer la difusión de la filosofía de la Ilustración.
[2] Y también que el destinatario era el pueblo y, por lo tanto, los suscriptores eran intelectuales, eclesiásticos, nobles y parlamentarios.[3]

Fundamento filosófico y religioso


Los diez volúmenes de la magna obra, tuvieron como énfasis el pensamiento de John Locke y Newton. Es una especie de fuente empírica que rechaza cualquier iniciativa de idea innata; solo se concibe el pensamiento desde la experiencia. De hecho d`Alambert dice que las primeras ideas reflejas corresponde a una aseveración de la propia existencia y otra idea es el conocimiento de lo externo por los sentidos.
Influenciado por Francis Bacon, nuestro autor, habla de tres formas por las cuales procede el alma con las cosas de nuestro pensar: relacionadas con la memoria (de la historia), la razón (de la cual resulta la filosofía) y la imaginación (de donde germina las bellas artes). Según el artículo, las mejores consecuencias de la razón son la ciencia y su producido; y por su parte, considera que la metafísica en los filósofos no es producto del espíritu humano y que no debería obtener un espacio en el conocimiento real de las cosas. Para d`Alambert, la filosofía, su pasión, ha de ser la ciencia de los hechos que consista en instruir e iluminar al hombre.
En el pensamiento sintetizado del filósofo acerca de la razón y la experiencia, encontramos certeza en la fe a un dios al cual no rinde culto, puesto que fue como su padre, un oficial del ejército que lo abandonó en la iglesia de Le Rond (de allí su nombre); en otras palabras, deísmo es su creencia: Dios crea y arroja al mundo a la deriva. Por tanto, «si dios no me pone cuidado, pues él me es indiferente». Dice además que es de hombres la moral, por procurar el orden y el respeto al otro.

La expedición botánica, de América para el mundo.


De una empresa apoyada por la monarquía española, hoy día se ha dado resultados importantísimos; vemos al presente los avances que la expedición botánica llevada a cavo durante el siglo XVIII, en un momento donde las revoluciones sociales y científicas estaban a la orden del día en el mundo entero. Esta campaña al igual que la Enciclopedia forjaron una nueva forma de ver la tierra, como un ente lleno de conocimiento que cada vez se puede explorara más y más, y que dará como resultado de la investigación grandes verdades de la ciencia y el descubrimiento de maravillas de la creación.
José Celestino Mutis, clérigo, medico de profesión, fue enviado a América para atender al virrey de Nueva Granada. Con el tiempo se fue interesando mucho por la flora y la fauna vista en el territorio que actualmente conocemos como Colombia; como sabemos, nuestra región esta muy bien dotada de variedad de ecosistemas por la ubicación que tiene en el continente, estamos situados al norte del cono sur y debajo de la región centroamericana, cerca a meridiano del Ecuador, es decir de un clima cálido y un ambiente tropical. Además por los accidentes geográficos, nuestra zona se ve bañada de tres cordilleras que atraviesan de sur a norte, provenientes de la cordillera de los Andes. Esto hace que nuestra tierra tenga mucha diversidad de especies del reino vegetal.
Celestino Mutis aprovechó el patrocinio que estaba dando la corona para realizar unas expediciones para mejor conocimiento de América y su biodiversidad, así pues, alistó para participar de ésta. Tal como sucedió en muchos otros virreinatos, el de Nueva Granada no podía quedar atrás y fue asignado a la cabeza de esta empresa a Mutis. El proyecto dio grandes frutos y el mundo conoció más de lo nuestro. Tristemente todo aquel esfuerzo se vino a pique y no hubo unos resultados concretos; lo que hoy conocemos, son compilados de aquella expedición botánica.

Conclusión


Como dijimos al principio del texto, estas manifestaciones intelectuales buscaban de alguna manera la justicia y por consiguiente la libertad; en esto concluimos, en la llegada de los derechos del hombre y los ciudadanos a el virreinato, traducidos del francés y traídos por José Antonio Nariño.
Cabe anotar que estas tres expresiones de iluminación para el hombre, la Enciclopedia, la expedición botánica y los derechos del hombre, no fueron acogidas de buena manera en un principio, por tratarse de un pensamiento revolucionario que todavía la humanidad no podía comprender. Actualmente reconocemos sus frutos y nos son de gran provecho, pero sigue habiendo personas desadaptadas entre nosotros que aún no pueden lidiar con los derechos humanos (aceptados en colombia en 1950) y se hacen los de la vista gorda.

BIBLIOGRAFÍA

· Microsoft Encarta 2008. 1993-2007 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.
· Reale, Giovanni y Antiseri, Darío. Historia del pensamiento filosófico y científico. Herder, p. 586.
[1] Reale, Giovanni y Antiseri, Darío. Historia del pensamiento filosófico y científico. Herder, p. 586.
[2] Microsoft Encarta 2008. 1993-2007 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.
[3] Ibíd.

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