14 de septiembre de 2009
Influencia del literato Fray Luis de León en la recolección agustiniana
Unos dicen que sí, otros dicen que no acerca de la posición de Fray Luis de León como originador de la Orden de agustinos recoletos. Siempre han sido pesos pesados de las órdenes los que han propuesto tal reciprocidad, pero también grandes autores se han atrevido a decir que no la tenía. Viendo el panorama de esta manera, el trabajo que se desarrollará no va a encargarse de ver si éste gran poeta del siglo de oro español fue cofundador de la comunidad de nuestros hermanos recoletos o no. Sencillamente veremos desde el legado escrito la correlación que tenía el agustino de la Orden de san Agustin, Fr. Luis, con la Orden de agustinos recoletos.
Por escases de datos nos limitaremos a analizar el texto de la “forma de vivir” redactado por Fray Luis de León y su famoso canto de la vida retirada. Con esto podemos hacer un pequeño análisis de lo que fue la renovación de la vida agustiniana. Situaremos primeramente al literato en el contesto de la reforma de la Orden, pero especialmente en el momento del capítulo provincial de Toledo en el año de 1588. Después abordaremos la posición de autoridad de Fray Luis en el acuerdo de la “forma de vivir”.
Para poder entender bien las razones por las cuales Fray Luis realizó gran cantidad de estatutos de reforma, analicemos primero lo que estaba viviendo. En año de 1588 es para Fray Luis de León de una sorprendente actividad. Por unas u otras razones, el maestro belmontino muy pocas veces había gozado del, según quienes desde fuera idealizan la labor docente, paradisiaco sosiego de la cátedra[1]. Él se desempeñaba en gestiones de beneficio para la corte de Madrid ante el rey Felipe II, como apoderado de la universidad de Salamanca, desde 1588. Esto anterior era la única forma en la cual nuestro fraile hacía sus, amadas de sí, ponencias elocuentes.
Diremos ahora que, 1588 fue el año en el que fray Luis se halla en la cima de de su madurez intelectual, de su prestigio universitario y de un magisterio socialmente reconocido.[2] Es un año en el que él ha de sacrificar su tiempo por infinidad de razones, una de ellas, por la cual nació su propósito de restauración, fue el encomiendo que le hizo el Consejo Real de la aceptación de los libros de la Santa Teresa de Ávila, obras que serían aprobadas y publicadas aquel mismo año. Por otro lado, a Fray Luis y a don Alonso de Mendoza, el abad de Valladolid, se les delegó, por encargo del nuncio, para que hicieran seguimiento de las acciones del provincial agustino de Castilla, Antonio del Monte; esto significó para nuestro fraile una oportunidad de hacer justicia entre los hermanos de la orden.
Ello fue alimentando el deseo de reforma que cada vez se hacía más cercano para el sabio salamantino. Con este mismo propósito, llegó por fin el tan anhelado capítulo provincial de Toledo que dio comienzo el 3 de diciembre del año antedicho. Allí, Fray Luis, quien era uno de los comisionados para la redacción de los nuevos estatutos, hizo realidad junto a otros la decisión de reformar a la Orden, aún cuando este asunto, del cual se interesó Felipe II, le llevaría otro año más.
Ahora bien, podemos ir todavía más atrás, al año 1582, donde se realizaba el segundo proceso inquisitorial a Fray Luis y en el cual pidió no ser testificado por sus hermanos de comunidad por razones que él mismo da a conocer: “porque tienen grave enemistad conmigo […]; y por saber los de la parcialidad contraria […] de la provincia, que yo he deseado y procurado la reformación della”.[3] Con ello nos damos cuenta de que su intención reformista estaba ya viva desde hacía mucho tiempo. Colocando como ejemplo los anteriores casos, podemos concluir que, agallas para denunciar y razones de peso no le faltaban para dar un vuelco total a la situación de la Orden Agustiniana.
Bibliografía
· BENGOA, José Manuel OAR. Frray Luis de León y la orden de agustinos recoletos. En: Institutum historicum agustinianorum recollectorum. Recollectio, Volumen XI. Agostiniani Recolleti, Roma, 1988, p., 43-80.
· EGUIARTE, Enrique A. “La Forma de Vivir”, un texto de Fray Luis de León impulsa la vida agustino recoleta. En internet: (http://www. fray%20luis%20de%20Le%F3n/recolecci%F3n/129.htm)
· F. BLANCO GARCÍA, OSA. Fray Luis de León. Estudio biográfico del insigne poeta agustiniano. Madrid, 1904.
· Agustinos Recoletos. Historia y espiritualidad. 2007, ISBN 978-84-85096-27-5 , p., 105-146.
[1] Cf. F. BLANCO GARCÍA, OSA. Fray Luis de León. Estudio biográfico del insigne poeta agustiniano. Madrid, 1904, p., 231.
[2] Cf. V. GÓMEZ, Mier. Sobre un dictamen de Fray Luis de León. En: La ciudad de Dios, 139. 1976, p., 396.
[3] A.C. VEGA. Fray Luis de León y Fray Juan de Guevara. En: La ciudad de Dios Núm. 180. 1967, p., 331. Cit. Institutum historicum agustinianorum recollectorum. Recollectio, Volumen XI. Agostiniani Recolleti, Roma, 1988, p., 45.
Influencia del literato Fray Luis de León en la recolección agustiniana
Unos dicen que sí, otros dicen que no acerca de la posición de Fray Luis de León como originador de la Orden de agustinos recoletos. Siempre han sido pesos pesados de las órdenes los que han propuesto tal reciprocidad, pero también grandes autores se han atrevido a decir que no la tenía. Viendo el panorama de esta manera, el trabajo que se desarrollará no va a encargarse de ver si éste gran poeta del siglo de oro español fue cofundador de la comunidad de nuestros hermanos recoletos o no. Sencillamente veremos desde el legado escrito la correlación que tenía el agustino de la Orden de san Agustin, Fr. Luis, con la Orden de agustinos recoletos.
Por escases de datos nos limitaremos a analizar el texto de la “forma de vivir” redactado por Fray Luis de León y su famoso canto de la vida retirada. Con esto podemos hacer un pequeño análisis de lo que fue la renovación de la vida agustiniana. Situaremos primeramente al literato en el contesto de la reforma de la Orden, pero especialmente en el momento del capítulo provincial de Toledo en el año de 1588. Después abordaremos la posición de autoridad de Fray Luis en el acuerdo de la “forma de vivir”.
Para poder entender bien las razones por las cuales Fray Luis realizó gran cantidad de estatutos de reforma, analicemos primero lo que estaba viviendo. En año de 1588 es para Fray Luis de León de una sorprendente actividad. Por unas u otras razones, el maestro belmontino muy pocas veces había gozado del, según quienes desde fuera idealizan la labor docente, paradisiaco sosiego de la cátedra[1]. Él se desempeñaba en gestiones de beneficio para la corte de Madrid ante el rey Felipe II, como apoderado de la universidad de Salamanca, desde 1588. Esto anterior era la única forma en la cual nuestro fraile hacía sus, amadas de sí, ponencias elocuentes.
Diremos ahora que, 1588 fue el año en el que fray Luis se halla en la cima de de su madurez intelectual, de su prestigio universitario y de un magisterio socialmente reconocido.[2] Es un año en el que él ha de sacrificar su tiempo por infinidad de razones, una de ellas, por la cual nació su propósito de restauración, fue el encomiendo que le hizo el Consejo Real de la aceptación de los libros de la Santa Teresa de Ávila, obras que serían aprobadas y publicadas aquel mismo año. Por otro lado, a Fray Luis y a don Alonso de Mendoza, el abad de Valladolid, se les delegó, por encargo del nuncio, para que hicieran seguimiento de las acciones del provincial agustino de Castilla, Antonio del Monte; esto significó para nuestro fraile una oportunidad de hacer justicia entre los hermanos de la orden.
Ello fue alimentando el deseo de reforma que cada vez se hacía más cercano para el sabio salamantino. Con este mismo propósito, llegó por fin el tan anhelado capítulo provincial de Toledo que dio comienzo el 3 de diciembre del año antedicho. Allí, Fray Luis, quien era uno de los comisionados para la redacción de los nuevos estatutos, hizo realidad junto a otros la decisión de reformar a la Orden, aún cuando este asunto, del cual se interesó Felipe II, le llevaría otro año más.
Ahora bien, podemos ir todavía más atrás, al año 1582, donde se realizaba el segundo proceso inquisitorial a Fray Luis y en el cual pidió no ser testificado por sus hermanos de comunidad por razones que él mismo da a conocer: “porque tienen grave enemistad conmigo […]; y por saber los de la parcialidad contraria […] de la provincia, que yo he deseado y procurado la reformación della”.[3] Con ello nos damos cuenta de que su intención reformista estaba ya viva desde hacía mucho tiempo. Colocando como ejemplo los anteriores casos, podemos concluir que, agallas para denunciar y razones de peso no le faltaban para dar un vuelco total a la situación de la Orden Agustiniana.
Bibliografía
· BENGOA, José Manuel OAR. Frray Luis de León y la orden de agustinos recoletos. En: Institutum historicum agustinianorum recollectorum. Recollectio, Volumen XI. Agostiniani Recolleti, Roma, 1988, p., 43-80.
· EGUIARTE, Enrique A. “La Forma de Vivir”, un texto de Fray Luis de León impulsa la vida agustino recoleta. En internet: (http://www. fray%20luis%20de%20Le%F3n/recolecci%F3n/129.htm)
· F. BLANCO GARCÍA, OSA. Fray Luis de León. Estudio biográfico del insigne poeta agustiniano. Madrid, 1904.
· Agustinos Recoletos. Historia y espiritualidad. 2007, ISBN 978-84-85096-27-5 , p., 105-146.
[1] Cf. F. BLANCO GARCÍA, OSA. Fray Luis de León. Estudio biográfico del insigne poeta agustiniano. Madrid, 1904, p., 231.
[2] Cf. V. GÓMEZ, Mier. Sobre un dictamen de Fray Luis de León. En: La ciudad de Dios, 139. 1976, p., 396.
[3] A.C. VEGA. Fray Luis de León y Fray Juan de Guevara. En: La ciudad de Dios Núm. 180. 1967, p., 331. Cit. Institutum historicum agustinianorum recollectorum. Recollectio, Volumen XI. Agostiniani Recolleti, Roma, 1988, p., 45.

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